¿Qué es el software libre y para qué sirve?

A nadie se le escapa la importancia que han alcanzado las tecnologías de la comunicación en nuestros tiempos, ya que han revolucionado el funcionamiento de nuestra cultura de principio a fin, desde las colosales y complejas bases de nuestros sistemas económicos, hasta los hábitos más concretos de la ciudadanía. Y esto apenas acaba de comenzar: actualmente la información tiene más valor que la materia prima, las mayores empresas están migrando sus bases de datos a la «nube», y la venta de datos de individuos produce transacciones por unos valores que la mente apenas puede comprender. Dicho de forma simple: el software configura nuestras vidas y es uno de los vectores de influencia más grandes sobre el conjunto de la humanidad. Conocer qué es el software y las diferencias entre software propietario y software libre tiene más importancia que nunca.

Software libre y software privativo

Este software puede ser privativo, lo cual significa que su código está cerrado, es secreto y está enfocado al rendimiento económico, siendo desarrollado por empresas. Entre sus virtudes se cuenta que las empresas —espoleadas por la competencia y el análisis de las necesidades del mercado—, pueden llegar a producir herramientas excelentes. Su lado oscuro: en muchísimas ocasiones aprovechan para generar grandes bases de datos que recolectan de sus usuarios con las que producen grandes beneficios.

Cuando el objetivo de software es la recolección de datos, se diseña de tal modo que genere adicción y se optimiza para que los usuarios pasen la mayor cantidad de tiempo utilizando el juego, plataforma social, app, etc.

Además, los gobiernos pueden forzar a dichas empresas a crear «puertas traseras» secretas en sus productos, de modo que puedan rastrear a la población. Desde 2013, gracias al ex-agente de la CIA Edward Snowden, sabemos que las empresas de software en territorio estadounidense estaban obligadas a incluir una «puerta trasera» en sus productos, así como a negar que dicha puerta existe. [1]

A estos dos problemas (comercio de compraventa de big data de los usuarios, y rastreo de masivo por parte de los gobiernos a los ciudadanos), surge un tercero: desconfianza entre países y censuras para determinados productos. Uno de los ejemplos más recientes es el veto de EEUU a los productos Huawei, poniendo a la tecnológica china en una lista negra con la pretensión de que sus productos podrían espiar a los ciudadanos estadounidenses e informar a los servicios militares chinos. Todo esto supone una barrera contra los principios del libre comercio y los ideales del cosmopolitismo.

El software libre, a diferencia del anterior, es aquel que está edificado sobre cuatro libertades [2]:

  1. Uso: la libertad de usar el programa, con cualquier propósito.
  2. Estudio: la libertad de estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a las propias necesidades.
  3. Distribución: la libertad de distribuir copias del programa.
  4. Mejora: la libertad de mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a los demás, de forma que toda la comunidad se beneficie.

Este tipo de software utiliza código abierto, es decir, el código de programación es público y cualquier persona puede verlo y modificarlo.

Por todo esto, el software libre es una excelente medicina para los tres problemas mencionados arriba: si el código es abierto, su transparencia puede ayudar a recuperar la confianza, se vuelve complejo introducir puertas traseras de rastreo —porque la comunidad podría encontrarlas, denunciarlas y eliminarlas—, y los usuarios tienen un mayor control sobre el uso que se hace de sus datos, tomando parte activa en la decisión de su privacidad.

Además, el código abierto posibilita que la gente curiosa aprenda sobre su funcionamiento y alcance una mayor autonomía digital. Este es uno de los grandes argumentos esgrimidos para defender el software libre en los centros educativos: los sistemas operativos y programas cerrados sólo permiten que los alumnos los utilicen, pero no tienen acceso a su funcionamiento ni tienen la oportunidad de manipularlos. Es decir, permiten el uso pero no el aprendizaje.

Si los centros educativos, además, son públicos, utilizar software privativo significa hacer publicidad de productos privados y potenciar la adopción de los jóvenes a sus sistemas operativos y productos.

También sería coherente que los países democráticos utilizaran software libre para sus administraciones, ya que éste participa de las ideas de la transparencia y la participación ciudadana.

Sistemas operativos libres

La mayoría de personas conoce dos SO —Sistemas Operativos—, Windows y MacOS (Apple). Sin embargo, existen muchísimas alternativas. Dentro del software libre, Linux es lo más conocido. En realidad, Linux es el nombre genérico para toda una familia de sistemas que comparten un núcleo —o Kernel— común.

Estos SOs están desarrollados y financiados por la comunidad de usuarios, empresas e instituciones, y el hecho de que sean distribuidos bajo licencias abiertas permite que la gente cree variaciones nuevas orientadas a distintos gustos o necesidades.

Las distintas variaciones de Linux se llaman «distribuciones». Para que te hagas una idea, una de las primeras distribuciones se llama Debian, que se considera muy estable y que sólo utiliza software libre. Basándose en esta distribución se creó a Ubuntu, que contiene 7 versiones o «sabores» con distintos entornos de escritorio y objetivos, así como buen número de distribuciones basadas en ella, como Linux Mint, Elementary OS o Pop!_OS.

Escritorio de Elemantary OS
Escritorio de Ubuntu

Hay distribuciones que buscan ser livianas y optimizar los recursos, logrando que ordenadores antiguos vuelen, (por ejemplo Tiny Core, que sólo requiere 10MB de disco duro y 48MB para la memoria RAM); otras que son «portables» (puedes llevarlas instaladas en un USB y arrancarlas en cualquier ordenador), algunas basadas en la seguridad (como Qubes OS), otras orientadas al mundo del diseño gráfico y, en general, casi infinitas variaciones estéticas.

Si algo tiene Linux es que es extremadamente flexible y adaptable a las necesidades, y es por ello que Google utilizó su Kernel para desarrollar Android, o que la mayoría de supercomputadores y servidores de Internet utilizan alguna versión de Linux.

Puedes ver un árbol genealógico de las distribuciones Linux AQUÍ.

Ejemplos de software libre

Seguramente estés utilizando software libre en tu día a día, incluso sin saberlo. Por ejemplo, estas palabras que lees ahora mismo están publicadas en una web construida con WordPress, cuyo código es abierto y puedes descargar (o contribuir en su mejora) en la plataforma de Github.

Algunos ejemplos de software muy conocido y de gran calidad son:

  • Blender: un potentísimo programa de modelado 3D, con el que se pueden hacer animaciones y películas.
  • VLC: el famoso reproductor todoterreno con forma de cono.
Captura del reproductor VLC en mi escritorio (utilizo ubuntu mate)
  • Firefox: el navegador web que cuida de tu privacidad (y en el cual se basa Tor Browser, que es el navegador por excelencia para lograr el máximo anonimato, escapar la censura, y poder navegar por la Deep Web.
Hay muchos otros programas muy potentes y que yo utilizo en el día a día, como el editor de textos Writer, el editor de fotografía GIMP, Calibre para gestionar los libros electrónicos, o Thunderbird, con el que gestionar todas las cuentas de correo electrónico.
Captura de Writer, el editor de texto de LibreOffice

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[1] Algunos artículos sobre Snowden y la vigilancia masiva:

Existe un documental muy interesante sobre este tema llamado «Citizenfour».

[2] Sobre el software libre: https://es.wikipedia.org/wiki/Software_libre

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